Cuándo comenzar a preocuparse
Si el adolescente obtuvo malas
calificaciones el curso anterior, hay que comenzar a actuar sin dudas desde el
inicio del nuevo curso.
Si unas semanas después del
comienzo del curso observamos que el adolescente no se adapta bien al nuevo
curso, no entiende a sus maestros o no se siente cómodo en la escuela.
Si el adolescente muestra desinterés
por la escuela o sus amigos no están interesados en los estudios.
Si se recibe un aviso de la
escuela o los maestros sobre la actitud del adolescente en la clase.
Cómo intervenir en esos casos
Lo primero que deben hacer los padres es descubrir el motivo por el que las cosas no funcionan bien en la escuela. Los motivos pueden ser muy variados, a veces será la propia actitud del adolescente pero pueden existir otras causas.
Lo primero que deben hacer los padres es descubrir el motivo por el que las cosas no funcionan bien en la escuela. Los motivos pueden ser muy variados, a veces será la propia actitud del adolescente pero pueden existir otras causas.
Descartar el bullying. Uno
de los síntomas más frecuentes del bullying o
acoso escolar es que baja el rendimiento de los adolescentes que lo sufren. Por
eso si de pronto el rendimiento de tu hijo o su interés por la escuela cambia
profundamente, asegúrate
de que no sea objeto de acoso escolar.
Problemas emocionales. La
adolescencia es una época compleja desde el punto de vista emocional. Pueden
aparecer algunas enfermedades mentales como la depresión,
los trastornos
de la alimentación y otros y ellos afectarán al rendimiento escolar.
Por eso es importante asegurarse de la salud emocional de los chicos cuando el
rendimiento baja y descartar una enfermedad de ese tipo.
Falta de interés. Algunos
adolescentes enfocan la rebeldía propia
de esa edad en despreciar la escuela y el aprendizaje. Es su fórmula para
mostrar que son mayores. Por su propio interés, sus padres deberán establecer
una buena
comunicación con ellos para asegurarse de que no ocurre eso o de que
si ocurre es posible revertirlo.
Falta de entendimiento. A
algunos chicos les cuesta más una materia que otra; en otros casos, es un
profesor al que no entienden o no han aprendido bien a estudiar. Los padres
deberán hacer un esfuerzo en estos casos para conseguir que sus
hijos sepan estudiar.
Malos profesores. Los padres
de los adolescentes deberán tener mucho cuidado de no culpabilizar siempre a la
escuela o a los maestros cuando el rendimiento sea bajo pero eso no quiere
decir que, en ocasiones, no sea responsabilidad de estos o de la escuela. Por
eso es importante que los padres se aseguren de que los maestros son adecuados,
se informen de cómo son las calificaciones del resto de los alumnos o si hay
muchos compañeros que también tienen problemas con el mismo profesor. En ese
caso es imprescindible el diálogo con la dirección de la escuela.
Cuatro pasos imprescindibles para
que las cosas vayan bien en la escuela
Diálogo permanente con la
escuela. Aunque los chicos digan que ya son mayores, los padres de los
adolescentes deberán seguir ocupándose de cómo van en la escuela y para ello es
bueno mantener un diálogo fluido con sus maestros.
Responsabilizar al adolescente. No
conseguiremos que los adolescentes sean más responsables exigiéndoles que
obtengan las calificaciones más altas. No todos los chicos o las chicas tienen
la misma capacidad. Nosotros como padres conocemos bien las de nuestros hijos
así que nuestra responsabilidad será la de pedirles que lleguen donde nosotros
sabemos que pueden llegar. Y, fundamentalmente, que la exigencia sea que
cumplan con sus obligaciones como estudiantes, nunca obtener una determinada
calificación.
Disciplina. La disciplina es
imprescindible no solo para que los adolescentes vayan bien en la escuela sino
para formar su personalidad de cara a su futuro como adultos.
Diálogo. Una buena
comunicación entre padres e hijos es la base fundamental para su crecimiento,
para conseguir que estén motivados y
también para que el curso trascurra con resultados positivos.
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